Las «fabricantes» de escorts Vip

Si hablamos de escorts famosas, podemos contar que en 2012, un escándalo sacudió la opinión pública norteamericana, en particular al mundo deportivo. Una atleta olímpica, que había representado al país en tres oportunidades y ganado varias medallas, confesó que había ejercido la prostitución VIP en Las Vegas.

Su estructura mental, bastante complicada, la llevó a transformar su ansia de competencia deportiva en un apetito sexual incontenible. Suzy Favor-Hamilton reconoció que había trabajado para la agencia de escorts «Haley Heston Primate Collection» con el seudónimo de Kelly Lundy.

La ex propietaria de esa agencia, Jami Rodman habló de eso y mucho más en su libro «The Las Vegas Madam». Allí muestra un lado bastante oscuro de la «ciudad del pecado», que muchas veces, paradógicamente, queda oculto bajo las deslumbrantes luces de la ciudad.

Escorts famosas o anónimas, pero que sean discretas

Tiene una larga carrera. Comenzó como simple pueblerina curiosa, que llegaba muy joven a las Vegas. Luego fue camarera, bailarina, striper, escort, hasta ser propietaria de un negocio especializado de escorts famosas.

Cuenta con toda naturalidad que en Las Vegas es por demás común que haya gente bella ofreciendo servicios sexuales por toda la ciudad, sin ser acompañantes de lujo conocidas, o regentes. Y pese a que, en teoría, está prohibido por la ley.

El subtítulo de su libro, casi «de memorias», es «the Escorts, the Clients, the Truth» (Las escorts, los clientes, la verdad) y es bastante ajustado a la realidad. No sin un enfoque de tinte sociológico, cuenta tanto las motivaciones de los clientes como de las chicas para recurrir los unos a los otros.

Es notable lo que dice al respecto: en Las Vegas, las relaciones pasajeras, de una noche, luego de visitar los fastuosos casinos, son lo más frecuente. Entonces, las chicas comprenden que no tiene nada de malo hacer una cita por dinero, Al fin y al cabo lo que tienen que hacer es lo mismo que en el caso de un «touch and go», pero rentado. Y además, se incluyen cenas y tragos caros a cargo del cliente, muchos de ellos apuestos y adinerados. Y también más respetuosos que los chicos con los que suelen salir.

Para los hombres que frecuentaron a sus chicas (muchos de ellos ricos, famosos y poderosos) es más rápido, barato y seguro que tener una relación más o menos estable con una amante. Porque corren el peligro de ser descubiertos por sus parejas formales y luego tener que enfrentar una millonaria demanda por divorcio. «Prefiero pagar 5.000 dólares por una noche de sexo, que 5 millones por un divorcio», le dijeron muchos.

¿El segundo oficio más antiguo del mundo?

Si seguimos recurriendo al lugar común de que la prostitución es «el oficio más antiguo del mundo», el de «madama» o regente de prostíbulos podría ser el segundo más añejo. A veces no hay escorts famosas, pero sí madamas famosas.

Y así como algunas celebridades han reconocido que en algún momento vendieron su cuerpo (o al menos su compañía) también hubo «estrellas» entre las regentes de las «casas de tolerancia» como algunos castizos han llamado a los prostíbulos.

Del otro lado del Atlántico, una «Señora» (aunque nunca se casó) fallecida a los 82 años en 2015, fue toda una «star», de estas «managers» de escorts famosas. Cynthia Payne, más conocida como «Madame Cyn», era la madama célebre de Inglaterra, la regente por excelencia de las acompañantes de lujo conocidas.

Fue muy querida, respetada y escuchada. De hecho, daba conferencias sobre su vida y sobre motivación. Pese a dedicarse a tal negocio, se publicaron obituarios en su honor en los mejores diarios británicos, tanto conservadores como populistas. De ella se dijo que era «una persona con un gran corazón, un tesoro nacional, una arquetípica excéntrica inglesa».

Una madama de película

Solo en dos ocasiones tuvo problemas con la policía y la justicia, en los más de 40 años de ejercer su «oficio». Escribió un celebrado libro: «Cómo recibir visitas en tu casa», con consejos prácticos para organizar fiestas (sexuales, claro) y entenderse con la policía.

También se postuló al Parlamento británico (sin éxito), y se escribió y publicó su biografía («Una madama inglesa», de Paul Bailey). Su vida la retrataron en la comedia «Servicios personales», protagonizada por Julie Walters y dirigida por Terry Jones en 1987. Era una sátira que retrataba la vida de las acompañantes de lujo conocidas, de sus clientes y de la regente del negocio.

Y si consideramos que tenía grandes amigos (y clientes) entre las más altas autoridades inglesas (incluyendo clérigos y diplomáticos) se puede explicar tanto afecto y benevolencia hacia alguien que, supuestamente, ejercía una actividad ilícita.

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